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Evalúan daños tras terremoto

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MINERAL, Virginia, EE.UU. (AP) — El sismo que sacudió la víspera la costa oriental de Estados Unidos fue tan desacostumbrado que hizo que muchos residentes se preguntaran qué había sido y se sorprendieron cuando se enteraron de que se trató de un inusual sismo de magnitud 5,8.

En Washington DC y Nueva York hubo quienes temieron en un primer momento que se tratara de un ataque terrorista. En los pueblos pequeños y las áreas rurales del epicentro se tejieron las conjeturas más diversas: El descarrilamiento de un tren, un avión que rompió la barrera del sonido o la explosión de un reactor nuclear.

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Al final, se trató del terremoto más poderoso de la zona en 67 años, que sacudió una amplia franja costera en el este de Estados Unidos. Aunque no se reportaron muertes, los bomberos en Washington dijeron que hubo por lo menos algunos heridos.

Aparecieron grietas en el Monumento a Washington y en la Catedral Nacional, donde tres piedras angulares se desprendieron de la torre. Temblaron las ventanas y se derramaron los productos de los almacenes en Virginia. La Casa Blanca y el Capitolio fueron evacuados.

A pocos días del décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, con su carga emocional subyacente, mucha gente desalojó alarmada los rascacielos como el Empire State en Nueva York. Del subconsciente habían aflorado imágenes de ataques, aviones, explosiones.

"Bajé corriendo 70 pisos", dijo Caitlin Trupiano, que trabaja en contaduría. "No esperé el ascensor".

Chris Kardian, que trabaja en su garaje cerca del epicentro, pensó al sentir la conmoción que se trataba de una travesura de dos de sus hijos en el cuarto de juegos en el piso superior.

"Pensé que estaban corriendo y haciendo mucho ruido", recordó. "Después de unos 15 segundos, como no paraba, pensé: \'¡No tengo tantos niños en la casa!\'"

La mayoría necesitó por lo menos algunos minutos hasta enterarse de qué se trataba: un temblor que la Oficina Geológica Nacional de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) dijo se centró a 65 kilómetros (40 millas) al noroeste de Richmond, a 6 kilómetros (3,7 millas) por debajo de la superficie terrestre que sacudió un área donde habitan unos 12 millones de personas.

El sismo más poderoso en la costa este en 67 años sacudió edificios y nervios.

El Servicio Nacional de Parques evacuó y cerró todos monumentos en el centro de Washington. El Pentágono, la Casa Blanca, el Capitolio y las agencias federales en Washington y alrededores fueron evacuados. Las carreteras que salen de la ciudad estaban atestadas con los pasajeros que se iban a sus casas.

Marion Babcock, que pasó dos horas en medio del tránsito en vez de los 25 minutos habituales, no encontró nada mejor para tranquilizar a sus niños asustados que llenarlos de golosinas y helados.



Entre los teléfonos celulares y las redes de contacto social, las noticias del sismo parecieron viajar más rápido que el mismo temblor.

Jenna Scanlon, en Nueva York, concluyó una conversación con alguien en Virginia para anunciar a sus compañeros de oficina que había habido un terremoto. Segundos después, el edificio número 7 del Centro de Comercio Mundial empezó a temblar.

Después de ver que el temblor sólo había hecho oscilar las lámparas y sacudir la cristalería, algunos bromearon en Facebook con comentarios como "(La agencia de calificación crediticia) S&P ha reducido el terremoto a 2.0", en alusión a la reciente rebaja en la calificación asignada a los papeles de deuda del gobierno estadounidense.

Un sismo de magnitud 5,8 libera suficiente energía como ocho kilotones de TNT, aproximadamente la mitad del poderío de la bomba atómica que Estados Unidos arrojó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. El terremoto que devastó Japón liberó más de 60.000 veces más energía y causó enormes daños.

Sin embargo, los residentes de la costa oeste, acostumbrados a los terremotos por vivir en una zona sísmica, bromearon. "¿Tanta alharaca por un terremoto de 5,8? ¿Qué les pasa en la costa este? Aquí los tenemos como desayuno", escribió Dennis Miller, residente en California cuya casa está sobre una falla.

Agregó que un sismo de esa magnitud ni siquiera le hubiera interrumpido el sueño.