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Mayoría de los reos que murieron en Honduras no habían sido juzgados

muchos de lo reos en tragedia de honduras no habían sido juzgados

Agencias

Encerrados sin poder salir, sin poder escapar de las llamas y, la mayoría, sin haber sido juzgados ni declarados culpables. De los más de 350 presos que fallecieron en el incendio de la prisión hondureña de Comayagua, muchos estaban a la espera de un juicio, según un informe del gobierno.

Según el documento, que recoge el diario \'The Guardian\', más de la mitad de los 856 reclusos del penal-granja esperaban un juicio o, ni siquiera eso, sino que iban a pasar una temporada entre rejas sospechosos de pertenecer a bandas de delincuentes, sin más cargos y sin ningún proceso judicial por el medio.

El fuego, que se sospecha que pudo ser provocado por un preso que quemó un colchón, es el peor incendio ocurrido en una prisión en un siglo.

El informe revela que estaban hacinados 800 presos en unas instalaciones con capacidad para 500, como mucho. En cuanto al persona de seguridad, durante el día 51 guardias vigilaban a los reclusos. De noche, cuando se desencadenó el fuego, sólo había 12.

Entre que los bomberos tardaron en entrar, por cuestiones de seguridad y que el encargado de las llaves huyó dejando encerrados a los reclusos, la prisión se convirtió en una ratonera. Los cadáveres se encontraron apilados en los baños, adonde acudieron por si el agua podía salvarles.

"¿Las condiciones de Comayagua? De las peores de Honduras", ha reconocido al diaro británico Ron Nikkel, presidente de la Investigación Internacional de Prisiones.

Con su rostro descompuesto, el hombre de piel curtida tiene todavía una mirada que refleja miedo. Estuvo a punto de morir calcinado o asfixiado como muchos de sus compañeros en la granja penal de Comayagua, donde hasta el miércoles se habían contabilizado la muerte de 358 prisioneros.

Con el olor a muerte rondando en la prisión, Eladio Chicas cambió su semblante y comenzó a relatar a The Associated Press todo el terror que vivió al ver que sus compañeros morían.

"Y no pude hacer nada, nada, porque todos luchamos por salvarnos", dijo.

Chicas, de 40 años, cumple una condena de 39 años, de los cuales ya purgó 15, "por asesinato", afirmó entre dientes y en voz baja.

Con una mascarilla que le cubría parte del rostro, esposado de sus manos y con un policía que lo sujetaba de la camisa, aseguró, "afortunadamente estaba en el módulo 4, donde dormían 43 reos, pero aquí nadie murió, nos salvamos como pudimos".

La cárcel tiene 12 módulos o dormitorios; seis se quemaron.

"No sé cuánto tiempo pasó, nosotros rompimos el techo y salimos pero vimos cómo morían en el módulo de enfrente. (Los presos) querían salir, pero estaba cerrado el portón. Todos murieron, esto fue algo horrible, es una pesadilla", dijo.

Esta granja penal fue diseñada para albergar a unos 250 reos que se dedican a trabajos agrícolas y a la crianza de cerdos, pero poco a poco se fue saturando hasta tener 956.

Ahora 358 están muertos, según Ricardo Ordóñez, juez ejecutor nombrado por la Corte Suprema de Justicia para investigar el incendio en la cárcel.

Muchos reos murieron sin haber sido juzgados.

"Dormíamos casi uno sobre otro", afirmó José Ramírez Rivas, quien resultó con quemaduras leves y heridas en su brazo derecho.

"Nos cubrimos como pudimos, yo mojé una toalla y me la tiré encima del cuerpo, me ayudó pero el fuego me alcanzó un poco al salir y tengo también algunas heridas", señaló el hombre mientras mostraba su brazo cubierto con vendajes.

"No sé cuántos murieron, pero los vi pegados a las rejas tratando de salir, pero no pudieron romperlas. Allí quedaron pegados y quemados", agregó.

Muchos piensan que esta tragedia pudo evitarse pero los bomberos no entraron pese a que aseguran haber respondido de inmediato al llamado de auxilio. Señalan que los custodios no abrieron las rejas, quizás por temor a una fuga masiva.

"No abrieron (los policías penitenciarios) las rejas, se pudieron salvar como yo, pero murieron de manera fea. Sus cuerpos están amontonados y algunos murieron por tragar humo y otros quemados", dijo Chicas.

Las llamas comenzaron en el módulo 6, donde las autoridades dijeron que un recluso incendió intencionalmente su colchón, aunque se desconocen aún la causas.

Primero la guardia del reclusorio pensó que se trataba de un intento de fuga y por eso impidió durante alrededor de media hora que los bomberos ingresaran a combatir las llamas, que continuaron abrazando las literas, ropa y sábanas, pero también cegaron la vida de muchos que estaban atrapados dentro de sus celdas, cerradas con candados.

"No sé si alguien le prendió fuego o fue un accidente (porque) yo no estaba en ese módulo. Al salir, solo vi que las llamas quemaban a los hombres. Junto a los barrotes quedaron quemados algunos de los prisioneros", dijo Chicas cuando era trasladado a declarar ante un juez sobre lo ocurrido.

"Dicen que un reo se puso loco al drogarse con marihuana y le agarró feo. No sé si fue él quien le dio fuego (a la cárcel). Si fue así pues ya está muerto porque allí todos murieron", agregó.

Mientras tanto, cientos de familiares de los prisioneros se mantienen apostados frente a la prisión exigiendo información a las autoridades sobre sus seres queridos.

"Si preguntan por mí, puede que vengan de mi casa. Si alguien les dice algo (a los reporteros de la AP), díganles que yo estoy bien, solo asustado", dijo Chicas.