Londres, 2 de junio (EFE)
La asistencia hoy de la reina de Inglaterra, Isabel II, a la famosa carrera de caballos de Epsom (sur de Inglaterra) marcó el inicio de las celebraciones del Jubileo de Diamantes, que se desarrollarán durante cuatro de días con fiestas, desfiles y conciertos.
La soberana, que asiste anualmente a la prestigiosa competición equina desde 1953, recorrió la pista en coche mientras era recibida de manera entusiasta por los 150.000 asistentes al famoso derby que tiene lugar en la localidad al sur de Londres.
La llegada de la soberana a la competición equina fue precedida de una serie de salvas que tuvieron lugar a las 12:00 GMT en varias ciudades del Reino Unido y que marcaban el inicio de las celebraciones del fin de semana.
Isabel II, con vestido y sombrero azul, llegó al hipódromo acompañada de su marido, el duque de Edimburgo, y sus hijos Andrés y Eduardo.
La cantante clásica Katherine Jenkins cantó el himno nacional en un hipódromo repleto de aficionados, muchos vestidos de etiqueta -ellos con chaqué y ellas con exhuberantes sombreros y tocados- y adornado con cientos de banderas británicas en honor a los 60 años de la Reina en el trono.
La afición de Isabel II por los caballos es bien conocida y, a pesar de las celebraciones del Jubileo de Diamantes, no ha querido perderse la carrera, aunque en esta edición no compiten ninguno de sus equinos.
En 1953, cuatro días después de su coronación, la flamante reina acudió a Epsom para ver a su caballo Aureole, que quedó en segunda posición.
En 2011, el equino real Carlton House llegó tercero, pero en sus 60 años de reinado, Isabel II no ha conseguido ver ganar a ningún de sus preciados caballos.
La asistencia de la Reina al clásico derby supuso el pistoletazo de salida a un largo fin de semana de celebraciones del Jubileo de Diamantes, que incluirá fiestas al aire libre, desfiles y un multitudinario concierto.
El día fuerte de las conmemoraciones será mañana, cuando un espectacular desfile de mil barcos, en uno de los cuales irá Isabel II, recorra el río Támesis por Londres, mientras se celebraran miles de fiestas callejeras por todo el país.