Por Carlos Rajo
Algunos le llaman un milagro, otros hacen referencia a que fue Dios mismo quien los salvó o que fue simplemente otro equipo el que les ayudó, pocos sin embargo, mencionan al verdadero responsable de que México siga vivo en la pelea por ir a la Copa del Mundo: el odiado, querido y envidiado Estados Unidos.
Aunque México perdió 2 a 1 ante Costa Rica, concluyendo lo que muchos califican de la peor eliminatoria de México en décadas, gracias a que Estados Unidos le ganó a Panamá, el Tri sigue vivo.
Cosas extrañas estas del fútbol. Faltaban siete u ocho minutos para que terminara el partido en San José, Costa Rica y lo de México era un cementerio. En la capital panameña Panamá ganaba 2 a 1 y con eso se quedaba con el cuarto lugar de la clasificación y le arrebataba a México el derecho de pelear el repechaje con Nueva Zelanda.
Y aunque el Tri seguía en la cancha, el equipo literalmente había tirado la toalla. Parecía resignado a volverse a casa con la humillación bajo el brazo de haber sido eliminado de Brasil 2014 por centroamericanos y estadounidenses, equipos que en el papel se suponía eran menores que México. De pronto sin embargo, sucedió lo impensable.
Estados Unidos le dio vuelta al marcador y rompió en pedazos las ilusiones de esa Panamá beisbolera y pugilista que hoy de pronto se ha vuelto futbolera. De seguro que habrán habido mar de lágrimas e ilusiones destruidas en Panamá. Así es el futbol.
México en cambio debería de estar celebrando. La tónica de los comentarios sin embargo, era de un negativismo total. Es “penoso”, es “una vergüenza”, “estoy triste”, “desilusionado”, fueron algunos de los términos usados por los expertos que hablan de fútbol. Era no sólo la crítica por haber perdido ante Costa Rica sino por la manera de perder. Mal fútbol y falta de actitud. Una selección mexicana que no sólo juega mal sino que aún peor, no parece romperse el alma al vestir la camiseta verde del Tri.
Del partido, el resultado lo dice todo, es decir, Costa Rica ganó sin discusión. Es más, fácil pudo haber hecho otros dos goles en el segundo tiempo. Una jugada en particular al minuto 73, que fue de lujo. Una pared de dos delanteros que dejo a Bolaños solo frente al arquero mexicano Ochoa y que de milagro -cuesta hablar sobre México sin referirse a menudo a este término- no entró. El delantero costarricense la tocó a un costado de Ochoa y la pelota dio en el poste. Un rato después, una gran salvada de Ochoa ante un tiro fuera del área.
Al inicio Costa Rica parecía haber entrado dispuesto a barrer a México. Los primeros quince minutos fueron de una gran agresividad -tanto en mejor fútbol como en juego fuerte- en los cuales México simplemente se echó atrás. Vino el gol de Costa Rica al minuto 25 en una gran definición del centro delantero Bryan Ruiz quien se sacó de encima a los dos centrales y de media vuelta fusiló a Ochoa desde la misma área chica.
México, sin embargo, reaccionó casi de inmediato en lo que fue el único periodo -más o menos del minuto 28 hasta el final del primer tiempo- donde se le vio bien. Un gol de Oribe Peralta ante una gran jugada originada por Peña quien le hizo un pase en profundidad al Chicharito Hernández. El arquero tico se la arrebató al Chicharito en el último instante y ante el rebote llegó el gol de Oribe.
Antes el Chicharito había estado envuelto en una jugada extraña que de alguna manera ayuda sino a entender al menos a describir el remolino mental por el que pasan los jugadores mexicanos. Por una jugada de Oribe el Chicharito quedó solo a un par de metros de la portería tica. Lo único que tenía que hacer era empujarla, aun así fuera de puntazo, calcetinazo o lo que fuera. Sin embargo, la tocó al único lugar que complicaría las cosas, que es donde estaba Oribe junto al arquero tico. Como lo señala la regla del fútbol, Oribe estorbo al arquero y con eso se marcó fuera de lugar.
Se habla de lo mental del Chicharito ya que da la impresión que algo le pasa al delantero del Manchester United. Que juega bajo presión y que cosas que en cualquier otro partido serían fáciles o de rutina hoy se convierten en errores infantiles, inaceptables en un jugador profesional y de nivel de selección. Pero al menos el Chicharito, aunque falle goles, nunca baja los brazos.
En el segundo tiempo se repitió lo de ese México que tanto se ha criticado en esta fase eliminatoria. Un equipo que se borra del mapa, desordenado, con una defensa lenta, con un medio campo que no se comunica con la delantera y que poco a poco va cediendo la iniciativa al rival. Y en este caso, un rival peligroso, mucho mejor que Panamá u Honduras, los otros dos rivales centroamericanos que le han dado la pelea a México en la clasificación y que hoy discuten si es cierto que México sigue siendo el grande de la región.
Costa Rica no sólo es ordenado y sabe a qué juega sino que tiene jugadores de buena técnica. Tanto los dos goles que anotó como en las jugadas donde casi hubo gol mostró que sus volantes y delanteros tienen ese dominio o fineza con el balón que hace diferente al jugador o que lo pone en otro nivel más allá del promedio del fútbol centroamericano. El respeto que Costa Rica pedía que se le diera se lo tiene hoy más que ganado. El equipo tico es ahora mucho más que México.
El Tri por su parte, tiene mucho trabajo por delante. La defensa por ejemplo, que con Panamá hizo un papel respetable, ante Costa Rica estuvo lenta. El capitán Rafa Márquez para el caso, quien en su regreso a la selección el viernes pasado impresionó por su sentido de ubicación y seguridad, ante Costa Rica hizo recordar que ya es un veterano que quizá no tiene la velocidad suficiente para estar en un Mundial.
El desafío para el técnico Vucetich es enorme. Todo el mundo está claro que México anda mal y que al final de cuentas son los jugadores los responsables del mal desempeño. La gran pregunta es qué hacer: se cambia a estos jugadores o es que estos son los mejores de México y no hay otros que los puedan reemplazar? Lo cierto es que así como se jugó ante Panamá -se ganó sólo por ese gran gol de chilena- y Costa Rica es de pensar que México no le ganará a Nueva Zelanda.
México sigue vivo en la eliminatoria para el Mundial. De panzazo o como sea, el punto es que va al repechaje. Según Vucetich la clave para esto “fue haberle ganado a Panamá”. Según el Chicharito Hernández, “porque Dios nos ha dado la oportunidad de que estemos ahí”. Según Oribe Peralta, por una razón más simple y más humana; gracias a Estados Unidos.