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Obama en uno de sus peores momentos

obama en uno de sus peores momentos

Por Carlos Rajo

La mayoría de los estadounidenses está decepcionado o insatisfecho por la gestión del presidente Barack Obama, según una encuesta de la cadena NBC y el diario Wall Street Journal, cuando aún no se ha cumplido el primer año de su segundo mandato.

El 54 por ciento es la peor cifra en lo que va de la presidencia Obama, aun cuando estas encuestas se hacen todo el tiempo y es normal que la aprobación o popularidad del presidente suba y baja de acuerdo a lo que ha sucedido en los días o semanas previos al sondeo, en este caso se habla de que es posible que la percepción del público sobre su gobierno pudo haber sufrido un bajón del cual será muy difícil recuperarse.

Algunos incluso, comparan lo que hoy sucede con Obama con “el momento Katrina” que sufrió el Presidente George W. Bush en 2005: cuando la mayoría del país le bajo al pulgar al mandatario republicano como símbolo de su incapacidad e ineficiencia en los asuntos de gobierno.

“Estos son números duros y aleccionadores para el presidente y su administración”, señaló el encuestador demócrata Fred Yang, uno de los expertos que condujo la encuesta.

El otro encuestador, en este caso el experto de filiación republicana Bill McInturff, señaló que aun cuando es cierto que hay todavía mucho que recorrer en el gobierno de Obama (tres años), los resultados de la encuesta marcan “un punto de inflexión muy crítico”.

Un par de números más que agravan el panorama para Obama y su partido demócrata: el presidente ha sufrido aun en áreas en las que en el pasado salió siempre fortalecido tales como  el ser honesto y directo -37% en relación al 42% en la encuesta anterior-, lo mismo que en ser capaz de manejar las crisis -también 5% menos- y conseguir las metas que se propone -sólo el 28% en contraste al 44% de enero pasado-. 

En el área de la popularidad o la aprobación del presidente, la cual es también crítica para juzgar cómo ve la gente al mandatario, Obama obtiene un 43%, cifra estable en relación a la encuesta anterior pero que no puede juzgarse aislada del índice de insatisfacción por lo hecho.

La razón principal por la decepción de la mayoría del público con Obama es por lo sucedido con la Ley de Salud -un 58% dice que este es el motivo-. Más allá de si en el largo plazo -o en lo inmediato según alegan algunos- la ley favorece a mucha gente, a los pobres, a los que no tienen seguro, o lo que sea, el punto es que al menos por hoy la percepción entre la mayoría de la gente es que el gobierno de Obama metió las extremidades en lo de echar andar el sitio de internet de la ley y en lo de no cumplir su promesa de que la gente podría conservar sus pólizas originales de seguro médico.

“Dependiendo de cómo le vaya a la Ley de Salud, así le irá la presidencia de Obama el próximo año”, añadió el encuestador Yang.

Bien sea porque en efecto así lo cree o por la presencia constante del tema en los medios con el énfasis en los asuntos negativos, el hecho es que ha aumentado el porcentaje de gente que considera que la Ley de Salud es “una mala idea” -50% ahora y 47% en octubre-. Apenas el 34% considera que la ley es una buena idea.

Uno de los pocos aspectos positivos para el gobierno de Obama en esto de la ley de salud es que aun con lo mal que se hable de ella y la percepción negativa que tenga la gente, bien de la ley misma o de la manera como se ha implementado, únicamente un 26% de los encuestados considera que debe ser “eliminada totalmente”. Un 36% considera que la ley sólo necesita “modificaciones menores” y otro 31% de “cambios mayores”.

Más allá de si es apropiada la comparación con “el momento Katrina” de Bush, éste debacle de las últimas semanas de Obama y la ley de salud trae a la discusión el punto de si sus malos números con el público son algo permanente o sólo transitorio. 

Un detalle que sirve para dar contexto al análisis es que hace apenas un par de meses la conversación publica era sobre lo mal que habían salido los republicanos luego de la crisis del cierre del gobierno y lo de darle la autorización al presidente para que preste más dinero. O bien el público tiene corta memoria o bien lo de la ley de salud ha calado mucho más fuerte en el imaginario popular. 

Lo de si la insatisfacción con Obama durará o sólo es algo temporal tiene consecuencias políticas por al menos dos razones. Una, porque influirá en la arena electoral. Lo más inmediato, en las elecciones para el Congreso del 2014. Aun cuando Obama no estará en la boleta, la manera como lo perciba la gente, su popularidad y demás, se traducirá en apoyo o no a los demócratas. Dos, por la eficacia del gobierno. Un presidente al cual la gente le ha bajado el pulgar la tendrá más difícil para gobernar y para hacer cosas de largo alcance que marquen su lugar en la historia.

No se crea sin embargo, que sólo el presidente sale mal parado en la encuesta. Un 51% de los encuestados ven al actual Congreso como “uno de los peores” en términos de efectividad y en su manera de actuar, el más alto porcentaje desde 1990. En este sentido la encuesta confirma los resultados de meses anteriores: que hay una decepción con la clase política en general, sea el presidente o el congreso.

En lo que sí los encuestados muestran un tanto más optimismo o una mejor visión de las cosas es en el terreno económico. Básicamente más gente considera que la economía mejorará -un 29% en relación al 23% de la encuesta anterior- y menos gente cree que la economía empeorará -un 24% en relación al 34% de antes-.

Estos números en lo económico pueden sonar como dulce melodía para los republicanos ya que la encuesta señala también que el público confía más en ellos para el mejor manejo de la economía -36% sobre 26% de los demócratas-.

Los demócratas conservan su ventaja en temas como el ser el partido que muestra más compasión por los pobres y la gente en general -45% a 17%-. Lo mismo en ser el partido que está más dispuesto a trabajar con la oposición para conseguir acuerdos -31% a 19%-.

Un tema que también ha estado en la discusión pública en las últimas semanas es el del aumento en el salario mínimo, en el cual una amplia mayoría de los encuestados dice estar de acuerdo -63% al 36% que se opone-.

Cuenta la historia que los segundos periodos presidenciales son casi siempre descarrilados por algún escándalo personal o político del mandatario en turno o por ineficiencias de su Administración. En el caso del presidente Obama la lección que deja esta última encuesta es que la ley de salud -el ‘Obamacare’ según el término burlesco que utilizan sus críticos- está hoy como un albatros colgado de la nuca del presidente. No hay manera que se escape de ella y mucho del éxito de lo que resta de su gobierno y de cómo lo juzgará la historia dependerá de si la ley -de ‘cuidado médico accesible’, según el nombre que gustan los que la apoyan- termina bien o mal.