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La inmigración y la desaparición de las lenguas indígenas

lenguas indigenes se pierden

Por: Carmen Sesín

NBCNews

HOMESTEAD, FL - Para Juana Salas, trabajadora agrícola inmigrante del altiplano de Guatemala, su nombre de origen español refleja poco de su identidad cultural.

Diez años atrás, cuando llegó a Homestead, una zona agrícola del sur de la Florida, Salas  sólo hablaba Mam, una lengua indígena que data del año 500.  Esta lengua se habla principalmente en México y Guatemala y ha sido considerada como vulnerable a extinción por la UNESCO.

Desde entonces, Juana ha aprendido a hablar el español con dificultad y un poco de inglés. Sus cuatro hijos, nacidos en los Estados Unidos, no han mostrado interés por hablar el idioma de la madre.

Salas forma parte del creciente número de Latinos en los Estados Unidos que hablan idiomas antiguos de Mesoamérica, alguno de ellos considerados en peligro de extinción. Según el censo del 2010, más de 685,000 Latinos en los Estados Unidos se identificaron como indígenas americanos, lo que significa un aumento comparado con los 400,000 censados en el año 2000. Los expertos coinciden en que existe un número mayor porque muchas de las personas que hablan lenguas indígenas no se reportan en el censo debido a su estatus migratorio y por el temor de ser estigmatizados.

A pesar de que existen cientos de idiomas indígenas que se hablan en toda Latinoamérica, la mayoría de los Latinos que hablan lengua indígena en los Estados Unidos provienen de

México, Guatemala, y de otros países centroamericanos.  

Esas lenguas han ido desapareciendo a través de los siglos por diferentes razones, entre ellas la colonización española. En la actualizad, los expertos consideran que el aislamiento cultural y la discriminación que viene atada a la migración – en muchos casos proveniente de los hispanos que hablan español – son las causas principales de la perdida de los idiomas indígenas que se hablaban en Latinoamérica.

Según Patricia Basquedano-López, Profesora de Estudios Socioculturales de la Universidad de California, Berkeley, la pérdida del idioma comienza tan pronto como los indígenas latinoamericanos inician la migración interna antes de venir a los Estados Unidos. Por ejemplo, los grupos indígenas que ella ha estudiado procedentes de Yucatán, migran primero a Mérida y a Cancún antes de iniciar el viaje a California u otras partes de los Estados Unidos.

 “Mérida y Cancún funcionan como centros de entrenamiento antes de venir a los Estados Unidos,” dijo Baquedano-López, quien es de ascendencia Maya.

En estas ciudades ellos comienzan a perder sus idiomas porque no les funciona – necesitan hablar español y luego inglés para poder sobrevivir.  “Todo tipo de contacto trae la posibilidad de perder el idioma nativo,” añadió Baquedano-López.

Una vez que arriban a los Estados Unidos, sus idiomas son irrelevantes para las nuevas condiciones. El hecho de que muchos de ellos son indocumentados y no pueden viajar a visitar a sus familias, los hace más aislados culturalmente que el Latino promedio que habla español.

De acuerdo con Pamela Munro, Profesora de Lingüística de la Universidad de California, en Los Ángeles, sí los patrones de inmigración actuales continúan inalterables en los próximos años, tendrán un impacto muy negativo en muchas de estas lenguas.

“Cuando ellos vienen a este país no tienen muchas oportunidades de hablar su idioma y no lo hablan con sus hijos, lo que contribuye a que se pierda,” dijo Munro.

Muchos de los que vienen a los Estados Unidos hacen dinero y luego regresan a sus comunidades, pero ya con niños que no hablan la lengua materna. Esto tiende a afectar  aún más a las comunidades indígenas, de acuerdo a Munro. 

Otto Schumann-Gálvez, Profesor de idiomas Maya en la Universidad Autónoma de México, añade que muchos indígenas son ridiculizados por otros Latinos que hablan español en los Estados Unidos, situación que ellos enfrentan constantemente en sus propios países.  

En el año 2012, el distrito escolar Oxnard, en California, prohibió el uso de la palabra “Oaxaquita” porque estaba siendo utilizada por los estudiantes en un sentido racial derogatorio, al referirse a los originales del estado mexicano de Oaxaca. Los estudiantes indígenas fueron acosados y objeto de las burlas de otros estudiantes mexicanos, y por eso se sentían apenados de hablar su lengua materna.

“Adquirimos mecanismos de auto-desprecio. Es muy dramático,” dijo Baquedano-López.

“Muchos niños ven lo que sus padres han sufrido por ser indígenas y no quieren lo mismo para ellos,” dijo Schumann-Gálvez.

Las personas indígenas, vistas a menudo como una minoría dentro de la comunidad minoritaria de Latinos, enfrentan una cantidad enorme de retos y obstáculos.

Juan  Hernández, vino de Oaxaca hace 30 años hablando Mixteco, uno de los idiomas considerados “definitivamente en extinción” por la UNESCO. Hernández dijo que tuvo mucha dificultad para adaptarse porque conocía pocas palabras en español.

 “La gente se aprovecha cuando saben que uno no tiene el vocabulario para defenderse,” dijo Hernández, quien ahora habla perfecto español.

Como trabajador agrícola en las cosechas de vegetales, la mayoría de las personas que lo discriminaron eran los administradores de origen Latino que hablaban español y que lo obligaban a hacer trabajo extra, amenazándolo con ser despedido si no cumplía, reconoció Hernández.

En el 2001, Hernández trajo el resto de su familia para Homestead. Su hijo, Agustín, quien entonces tenía 13 años, habla mixteco, español, e inglés, pero dice preferir el español.

“Honestamente, yo prefiero el español. Me expreso mejor en español, me gusta el español, y me siento más cómodo hablando español,” dijo el joven Hernández.

Al igual que sus padres, él trabaja en la agricultura y dice que ha visto bastante discriminación – más proveniente de los Latinos que de los Estadounidenses.

Levi Torres, quien trabaja en Contamos! (We Count!) una organización local en Homestead que ayuda a los trabajadores agrícolas inmigrantes, dice que por lo menos la mitad de las personas que se acercan buscando ayuda hablan poco o nada de español y que sólo algunos han asistido a la escuela.

Para ayudarlos a integrarse, We Count! enseña el alfabeto a los inmigrantes recién llegados en las clases de inglés y español, también ofrece clases de computación y asesoramiento en temas de derechos legales. Además les enseña como pueden evitar ser explotados.

“Esta gente es abusada y engañada… especialmente en relación a su salario” dijo Torres.

Baquedano-López  aclaró que hay personas indígenas en los Estados Unidos que son profesionales exitosos – no todos trabajan en la agricultura.

La hija de Hernández está estudiando enfermería y su hijo quiere matricularse en una escuela culinaria. La discriminación no ha afectado la forma de ver su cultura. “Estoy muy orgulloso de quien soy, de mis costumbres, y de mi idioma.”