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Agentes fronterizos desempeñan funciones atípicas

Agentes fronterizos desempeñan funciones atípicas

Por: Mark Potter NBC News

McAllen, Texas - Agentes de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos recorren el tramo del Río Grande conocido como "El Rincón del Diablo", donde se localiza un campamento rústico utilizado por contrabandistas que se ganan la vida transportando a inmigrantes del lado mexicano del río al otro lado, en los Estados Unidos.

Esparcidas por los alrededores se encuentran las viejas balsas y salvavidas, botellas de agua y  ropa tirada, que son evidencias de las muchas personas que han sido escoltadas hasta esta zona de manera ilegal, por lo general, en el amparo de la noche.

 "Ellos vienen en varios vehículos que estacionan en el lado sur. Dejan caer varias balsas a la orilla del río de México y empiezan a remar, cargando entre ocho a diez a la vez", explicó el agente de la Patrulla Fronteriza, Enrique Romero.

Esta actividad es parte del flujo constante de tráfico humano que ha hecho de este sector del Río Grande de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, la zona más conflictiva de inmigración ilegal en toda la nación.

La mayoría de los que cruzan la frontera ilegalmente son centroamericanos de El Salvador, Honduras y Guatemala.

"Hemos visto un aumento constante", añadió Romero. "El trabajo es continuo, pero estamos haciendo todo lo posible para mantener nuestras cabezas en alto."

 "Nos toca el corazón"

Los agentes de la Patrulla Fronteriza pueden verse durante horas del día y la noche patrullando en sus camiones verde y blanco las polvorientas carreteras a lo largo del Río Grande, la frontera internacional entre Estados Unidos y México.

No es raro encontrarlos cargando grupos de familias centroamericanas, niños y hombres jóvenes, agrupados en la parte trasera de los vehículos del gobierno en camino al centro de procesamiento.

Con el dramático aumento en los últimos meses de la inmigración ilegal de niños sin acompañantes - más de 47.000 han sido detenidos a lo largo de la frontera desde octubre - los agentes han tenido que desempeñar funciones que nunca antes habían hecho.

"Hemos tenido que proveerles de leche de fórmula para bebes, pañales, y tratamiento médico", dijo Raúl Ortiz, el Jefe Adjunto de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos del Sector del Valle del Río Grande, quien supervisa 312 millas en las márgenes del río.

“Esto afecta a cada agente que está expuesto, nos arranca las fibras del corazón” expresó Ortiz. “Nosotros tenemos niños en casa, así que tenemos mucha simpatía y empatía por lo que les está pasando."

Vertiginoso aumento de las cifras de inmigración Antes de que comenzara esta oleada, los agentes de la patrulla fronteriza en el Valle del Río Grande, conocido localmente como RGV, detenían entre 500 y 600 inmigrantes diariamente.

Pero ahora, según Ortiz, "Cuando empiezas a ver que las detenciones rutinarias diarias están en el rango de las 1200 y 1400, la situación se hace muy difícil para cualquier agencia que esté lidiando con el problema."

El mayor reto ha sido encontrar un espacio adecuado para albergar a los inmigrantes que esperan para ser procesados, y proveer un refugio para aquellos que no tienen una familia que los ampare mientras esperan las audiencias de inmigración.

Los agentes que trabajan a lo largo de la frontera de Texas se enfrentan regularmente con madres asustadas y niños que han sufrido un agotador viaje a través de México, donde fueron escoltados a menudo por contrabandistas vinculados a los cárteles de la droga.

Muchos de los inmigrantes reportan haber sido robados o expuestos a abusos sexuales.

"Nuestros agentes tienen que asegurarles que estamos trabajando y que ellos van a estar a salvo, van a estar seguros... y de que la peor parte terminó", comentó Ortiz

"Este es un problema humano. Estamos tratando con humanidad. Estamos tratando con gente que nos miran como un elemento de rescate".

Lidiando con el flujo constante de inmigrantes

Las autoridades dicen que no ven ninguna señal de tregua en la oleada actual de inmigración, la que consideran es resultado de la violencia y la desesperación en Centroamérica, además del esfuerzo que realizan los grupos de contrabando organizado por reclutar pasajeros.

"Todos aquí nos encontramos abrumados con el tráfico que enfrentamos", enfatizó Ortiz.

Sin embargo, insistió, los más de 3,000 agentes en el sector de RGV se han comportado a la altura de la situación y han trabajado bien, a pesar de las presiones, del calor sofocante y del escabroso terreno, a menudo difícil de atravesar, persiguiendo a inmigrantes y contrabandistas.

Ortiz describe las recientes denuncias de malos tratos por parte de los agentes como reportes  "sensacionalistas"

"No se imagina cuán orgulloso estoy", afirmó Ortiz. "Los hombres y mujeres de verde se han entregado realmente a la tarea y han hecho un trabajo extraordinario en el manejo de este asunto".